La Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la ONU condenaron los asesinatos de activistas ambientales ocurridos recientemente en Brasil; además, exhortaron al Estado a proteger a los ambientalistas, así como a garantizar la imparcialidad de las investigaciones. Por su parte, la Comisión advirtió que el país se ha convertido en una de las naciones más peligrosas para defender el medio ambiente, y pidió a la Administración de Jair Bolsonaro poner fin al conflicto agrario en el noreste.