En 1992, la novela Snow Crash de Neal Stephenson hablaba de “un universo generado informáticamente, que el ordenador dibuja sobre el visor y lanza a través de los auriculares. En la jerga de los entendidos, ese lugar imaginario se denomina metaverso.” Un espacio que hemos visto miles de veces en las películas de ciencia ficción donde el mundo análogo se entremezcla con la realidad virtual".